Si bien antes las empresas atraían a las personas adecuadas con coches de empresa, ahora parece que los videojuegos se han convertido en la nueva forma de moda para atraer a los jóvenes. Y en esta nueva experiencia de juego, el futbolín ocupa un lugar destacado.
El juego y sus virtudes
Cualquier buen jugador de futbolín sabe que es una buena herramienta educativa. Ideal para relajarse, el futbolín es también, y sobre todo, una forma eficaz de aprender información, valores y habilidades. Es un objeto que une a las personas, crea vínculos y ayuda a desarrollar una verdadera cohesión grupal. Esta complicidad que se crea entre los empleados beneficia la productividad de la empresa. Sin embargo, para que esto funcione, es importante separar el tiempo de trabajo del tiempo de juego, al igual que separamos la vida profesional de la privada. Es importante no dejar que uno invada a la otra...
Un cebo para las nuevas generaciones
¿Quién no ha soñado con trabajar en una empresa donde se divierte? Es evidente que una oferta de trabajo que destaca esta divertida mecánica es más atractiva que un anuncio tradicional que ofrece una visión menos atractiva de la vida corporativa. Y no solo las startups utilizan esta táctica. Las grandes corporaciones también se involucran para atraer a las nuevas generaciones. La Agencia Australie organizó, en particular, su "Abierto Australiano", una especie de minitorneo de futbolín abierto a todos, para reclutar a sus futuros empleados. Pero lo que está en juego no es lo mismo. Para una startup, un futbolín, sinónimo de buen ambiente, es una forma de diferenciarse de empresas de gran prestigio que atraen a todos los jóvenes candidatos deseosos de enriquecer sus currículums. El juego se convierte entonces en un argumento innegable, un atractivo atractivo. Sin embargo, hay que tener cuidado de no excederse. Las generaciones más jóvenes buscan sentido y satisfacción en su trabajo. ¡Lo que nos lleva de nuevo a la esencial separación entre juego y trabajo!