Como todos los deportes, el futbolín tiene sus reglas, sus clubes, sus eventos... ¡e incluso sus estrellas! Para todos los clubes, el futbolín no es solo una simple actividad de ocio, sino un deporte en sí mismo donde la competición juega un papel fundamental. ¿Cuándo recibirá reconocimiento oficial?
En los clubes de futbolín no hay lugar para la distracción
Olvídate del cliché del futbolín con un cigarrillo en la boca, manejando la mesa con las manos sudorosas al ritmo de una gramola. Basta con entrar en la sala de entrenamiento de un club de futbolín para comprender la importancia que este deporte ocupa en la mente de los aficionados. La concentración prima sobre la relajación. El entretenimiento se desvanece ante el espíritu competitivo. Estos fanáticos del minifútbol están allí, sobre todo, para mejorar su juego y desarrollar sus técnicas para llegar a la cima de la canasta en competiciones oficiales. ¡Competiciones que cuentan para el ranking nacional! Y la competencia es más dura que nunca en este deporte, donde los perfiles de los jugadores varían de un club a otro.
Un deporte con universo propio
El fútbol de mesa tiene sus propias federaciones (nacionales e internacionales), torneos y campeonatos... ¡y también sus figuras destacadas! Aunque los campeones del fútbol de mesa no sean tan conocidos como las estrellas del fútbol, su reputación en el mundo del fútbol de mesa es innegable. Un Sébastien Meckes o un Loïc Weber difícilmente pasarían desapercibidos durante una competición.
¿Fútbol de mesa reconocido por el Ministerio de Juventud y Deportes?
Esta es una pregunta crucial que todos los clubes de futbolín de Francia desearían tener respuesta. ¿Por qué sería un problema que el futbolín se convirtiera en un deporte por derecho propio? Sin embargo, existen algunas similitudes inquietantes con otros deportes reconocidos: partidos a tres sets ganadores (individuales o dobles), grandes competiciones comparables a la Copa Davis o incluso al Mundial, variedad de equipamientos y superficies de juego... Por no hablar de los aficionados, que a veces llegan a cientos en los pabellones deportivos para apoyar a sus jugadores favoritos.
¿Aún hay lugar para la duda?