Los orígenes del futbolín Garlando se remontan a 1954. Todo empezó en Italia, en el pequeño pueblo de Spinetta Marengo. Renato Garlando, padre del actual director general de la empresa, especialista en la fabricación de objetos de madera, empezó a interesarse por el mundo del futbolín. El éxito de este deporte en Francia le intrigó tanto que decidió probarlo y así creó el primer futbolín Garlando. En Italia, todos querían comprar un futbolín Garlando , ¡y el éxito fue fenomenal!
Los futbolines Garlando disfrutaron rápidamente del mismo éxito en Estados Unidos, donde se convirtieron en un auténtico referente durante la década de 1970.
En la década de 1980, el director general Giuseppe Garlando asumió el control de la empresa. Con el apoyo de su hermano Marino, cambió radicalmente la filosofía de Garlando, abandonando el enfoque artesanal de la empresa en favor de un método de producción más industrializado y estandarizado. Como resultado, Garlando se expandió, se modernizó, contrató a más personal, adquirió equipos de vanguardia y, de esta manera, abrió las puertas a nuevos mercados.
A principios de los 90, el futbolín Garlando continuó su frenética carrera hacia el éxito. La empresa había conquistado dos mercados importantes: el norte de África y Europa del Este. El catálogo se amplió para llegar a nuevos públicos.
En 2002, Garlando se trasladó de Spinetta Marengo a unas instalaciones más modernas en Pozzolo Formigaro, a 12 km de distancia. Incluso se inició una colaboración entre la empresa y la Federación Internacional ITSF. Este futbolín Garlando ITSF le permitirá vislumbrar el fruto de esta colaboración...
¿Y hoy? ¡Pues la pequeña empresa italiana ha cambiado muchísimo! Garlando ahora emplea a más de 60 personas y ocupa más de 10.000 m² de oficinas y fábrica.
¡El futbolín Garlando todavía tiene un futuro brillante por delante!