Fundada en 1961, la empresa familiar Petiot fue adquirida hace unos meses. Su comprador, el industrial Cadetel, es una empresa especializada en tejos y trofeos. Inicialmente, Cadetel solo era distribuidor de Petiot, pero la situación ha evolucionado, y esta nueva alianza debería permitir que los futbolines Petiot se recuperen aprovechando los nuevos medios de comunicación y producción.
Futbolín Petiot y Cadelet: una colaboración beneficiosa para todos
Los puristas pueden estar tranquilos: ¡Pétiot no vendió su empresa a la ligera! Durante las conversaciones, el fabricante y su nuevo comprador lograron identificar los problemas relacionados con la falta de inversión en ventas y comunicación. Los codirectores de Cadetel, Francky Coutaud y Romain Brochard, explican que ya habían identificado el problema en 2016:
No podíamos permitirnos vender sin apoyo de marketing. Podríamos haber invertido tiempo y dinero en publicidad. Pero habría beneficiado a otros minoristas... en otras palabras, ¡a nuestra competencia!
Nuevos socios, nuevas instalaciones
Los dos socios consideran esta adquisición como una alianza beneficiosa para ambas partes. Incluso adquirieron un antiguo taller de carpintería para que Petiot pudiera recuperar su posición y expandirse. "Tuvimos que cambiar el proceso de fabricación. Pasar a un proceso industrial", explica el gigante de Cadetel.
Petiot abandonó su histórico emplazamiento la primavera pasada para mudarse unos kilómetros más allá, a la zona del Hermitage. El antiguo taller de carpintería, un edificio de 900 m² adaptado a las normas actuales, debería albergar fácilmente los 200.000 euros de nuevo equipo y los dos empleados adicionales recientemente contratados.
Reacciones en Petiot
Para Alain Petiot, director de la empresa desde 2001, la carga de trabajo se había vuelto insoportable para él solo. La adquisición por parte de Cadetel debería permitirle centrarse exclusivamente en la producción.
Me quité un gran peso de encima. Lo pensaba día y noche. En ese caso, no se duerme bien. Lo gestionaba todo: clientes, ventas, taller... Yo tomaba las decisiones finales.
En 2008, en plena crisis, la empresa tuvo que despedir personal, pero nunca consideró vender en ese momento. Hoy, el objetivo es aumentar la cantidad de mesas de futbolín y billar vendidas al año de 400 a 600. Cadetel pretende dirigirse a comunidades, empresas y hoteles para llegar a una nueva clientela. Después de todo, como señala Franky Coutaud: «[El futbolín] ya no está en los bares, ¡sino que está entrando en los hogares!».
También podemos esperar que los directivos de Cadetel amplíen la selección de modelos básicos con precios más asequibles (¿al estilo del futbolín de la familia Petiot ?). Por lo demás, no debería haber muchos cambios. Al fin y al cabo, Alain Petiot seguirá a cargo de la producción.