Todo el mundo coincide en que un futbolín Stella es realmente atractivo. Pero un futbolín Stella no solo se trata de su estética, ¡sino también de la calidad del juego! Cada modelo tiene su propio potencial y estilo de juego. ¡Concéntrate en las 5 cualidades principales de estos futbolines de bar que nos encantan!
¡Un diseñador para quien los juegos de habilidad ya no tienen secretos! Detrás del primer futbolín Stella se esconde un genio inventor: el Sr. Sarrault. Este virtuoso, quien también fue el primer presidente de la Confederación Francesa de Automáticos, marcó la mente de varias generaciones de jugadores con su famoso futbolín Stella Champion . Este modelo ha sido actualizado desde entonces:
¡Una historia que comenzó en 1928! El futbolín Stella proviene de una larga tradición de jugadores, cada uno más cualitativo e imaginativo que el anterior. 86 años de experiencia, tradición y amor por el arte han permitido a Stella forjar una auténtica reputación en el mundo del minifútbol. ¡Y la historia no ha terminado!
¡Opciones, opciones y más opciones! Explorar el catálogo de Stella implica correr el riesgo de no poder encontrarlo. Hay algo para todos los niveles, todos los presupuestos y todos los gustos, desde lo más llamativo hasta lo más discreto, y desde lo retro hasta lo más contemporáneo. ¡Hay un futbolín Stella para cada jugador!
¡Características técnicas sorprendentes! Los futbolines Stella siempre han tenido dos características técnicas que los hacen únicos y les dan todo su encanto. Primero, hay jugadores que pueden bloquear el balón con la cabeza. ¡Interesante! Y luego están esas increíbles bandas laterales oblicuas que permiten realizar magníficos globos. Se necesita un poco de práctica para dominar a la perfección los movimientos secretos de un futbolín Stella, pero la recompensa sin duda vale la pena. Quizás veas una mezcla de admiración y desesperación en los ojos de tu oponente...
¡Mesas de futbolín hechas en Francia, usadas en todo el mundo! Stella demuestra una vez más al mundo del futbolín que los mejores pateadores del mundo se fabrican en Francia. ¡Quiquiriquí!